Ayuda alimentaria

En 2022, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) brindó asistencia alimentaria a más 300,000 migrantes y comunidades de acogida en Ecuador. "El momento de recibir la asistencia fue demasiado. Como que me cayó del cielo. Lo agradezco con el alma”, recuerda Marianela, migrante venezolana.

La crisis climática, migración, inflación… América Latina se enfrenta a innumerables retos.

Se trata de un proyecto que beneficiará a 1.200 niñas y niños con comidas calientes y alimentos de pequeños agricultores del norte de Ecuador.

Estudiantes sujetando una planta hidropónica.

Cada gota cuenta

Las alumnas y alumnos de una escuela rural en Gwembe (Zambia) aprenden acerca de los cultivos hidropónicos en un invernadero gestionado por el Programa Mundial de Alimentos (PMA). La mayor inseguridad alimentaria la sufren personas en países en desarrollo en zonas áridas donde el agua es un bien escaso. Décadas de uso inadecuado, contaminación y mala gestión han degradado la cantidad y calidad del agua dulce disponible y también la de los ecosistemas. El PMA ayuda a la recuperación de los acuíferos y de los suelos para que las comunidades puedan mejorar su seguridad alimentaria y empoderamiento. 

 

 

Students eating hot meals at their school desks

Los programas de comida escolar están dando esperanza a millones de niños que se encuentran al frente de la crisis alimentaria global, según un nuevo informe del Programa Mundial de Alimentos sobre el Estado de la Alimentación Escolar a nivel mundial 2022.

Ukrainian children displaced by the war

Hace un año, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) no tenía oficina en Ucrania. Esta potencia agrícola de ingresos medianos bajos ya no la necesitaba. Todo cambió de la noche a la mañana. Además, la invasión rusa al país también impactó en el exterior. Los precios de alimentos, petróleo y fertilizantes se dispararon, afectando más a los más vulnerables en países a miles de kilómetros. Con 1.300 millones de comidas, el PMA ya ha apoyado a unos 10 millones de personas en Ucrania. Y continúa haciéndolo.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) te presenta diez historias que recogen parte del trabajo que llevaron a cabo personas y comunidades con la organización durante el año pasado. Desde la labor capacitadora con los pueblos indígenas y los agricultores de subsistencia, hasta los esfuerzos por mejorar las cadenas de suministro y la seguridad alimentaria.

Dos mil kilómetros en carro, 10 horas en chalupa entre el lodo y entre lluvias. Seiscientos estudiantes esperaban sus primeras comidas escolares del Programa Mundial de Alimentos (WFP en sus siglas en inglés) en Arismendi, al noroeste de Venezuela; uno de los municipios de más difícil acceso del país. Esta es su historia.

A pesar de la inseguridad generada por la violencia de pandillas en Puerto Príncipe, la capital de Haití, WFP apoya a las personas más desfavorecidas con asistencia y comidas escolares a través de rutas marítimas y un helicóptero que la organización administra. Pero esta asistencia aérea (en) podría dejar de operar a final de mes si WFP no encuentra financiación.  

Cuando la hija de Beinilet empezó el colegio, también ingresó en el Programa de Comidas Escolares del WFP en Venezuela de canastas de alimentos para llevar a casa. Una ayuda que incluye cereales, proteína y aceite vegetal, además de sal, para que las familias puedan complementar la nutrición de una niña o niño durante un mes.

Two fire fighters shoot water on a burning building from the ground.

El 24 de febrero fue un día triste. A pesar del caos, el Servicio Estatal de Emergencias ucraniano ya ha movilizado 70.000 efectivos para rescatar a la población atrapada entre los escombros y los incendios provocados por los bombardeos, evacuando a los afectados a lugares más seguros. El PNUD trabaja con ellos supliendo las necesidades más apremiantes, como alimentos, equipos de protección y extinción de incendios, generadores de energía o herramientas especiales para retirar escombros. 

A building destroyed seen from a crack in a black foreground.

La agresión rusa a Ucrania está infligiendo un inmenso sufrimiento. El PNUD está allí para salvar vidas y apoyar los esfuerzos de socorro. Pero las necesidades aumentan. Ya se han destruido unos $100.000 millones en infraestructuras como edificios, carreteras, hospitales y escuelas. La mitad de las empresas han cerrado y la otra mitad pasa enormes apuros. Y lo peor quizá está por llegar; un conflicto prolongado empujaría a 9 de cada 10 ucranianos a la pobreza.  

Junior y Bianca viven con sus hijos Carmen y Joel en un pueblo del desierto de Sechura en Piura, en Perú. Su tranquilidad fue alterada al saber que Joel tenía anemia. Para superarla, el pequeño comenzó a recibir, en un centro de salud apoyado por el WFP, suplemento de hierro en jarabe: el sulfato ferroso. 

El impacto humano y el sufrimiento que está causando la guerra en Ucrania son espeluznantes. En el lanzamiento del Plan Regional de Respuesta para los Refugiados (en) de este país, ACNUR y sus socios piden $1.850 millones para apoyar a los 8,3 millones de refugiados que se prevé podrán llegar a países vecinos, como Hungría, la República de Moldavia, Polonia o Eslovaquia.

woman carrying cat in container

Ya son más de dos millones de personas las que, huyendo del horror de la guerra, han cruzado desde Ucrania hacia países vecinos. Para afrontar esta enorme crisis humanitaria, el Programa Mundial de Alimentos solicita 570 millones de dólares para abastecer de víveres y otros suministros críticos a esta población refugiada durante los primeros tres meses de desplazamiento.